Cada día se hacen más cesáreas y por tanto, es frecuente encontrarnos con pacientes que se preguntan si pueden intentar un parto vaginal tras cesárea previa.
La existencia de una cicatriz de cesárea en el útero aumenta el riesgo de rotura uterina durante el parto vaginal pero la incidencia es muy baja, inferior al 1%, por lo que en términos generales, recomendamos intentar el parto vaginal en estas pacientes.
Acortar el expulsivo instrumentando el parto con fórceps o ventosa, puede disminuir la incidencia de rotura uterina en estás pacientes, sobre todo en caso expulsivos prolongados.
Siempre se debe individualizar cada caso teniendo en cuenta factores como el tiempo transcurrido desde la cesárea, la edad gestacional, el motivo de la cesárea previa, el peso fetal estimado, las condiciones de la pelvis o la existencia de enfermedades maternas que podrían desaconsejar el intento de parto vaginal.
La Sociedad Española de Ginecología, aunque recomienda el intento de parto vaginal, también recomienda dar esta información a la paciente y ofrecer una cesárea programada si la paciente no desea una prueba de parto vaginal.
El acretismo placentario y las lesiones quirúrgicas, sobre todo de la vejiga, aumentan con el número de cesáreas.
Si la paciente no desea más hijos puede realizarse una ligadura de trompas durante la cesárea, pero solo aconsejamos esta opción a aquellas parejas que están muy seguras de no querer más hijos. Si una paciente tiene una ligadura de trompas y desea un nuevo embarazo tendrá que someterse a una Fecundación In Vitro.
Balbino Povedano Cañizares