La edad media de inicio de las relaciones sexuales en España está bajando y se encuentra ahora en los 15-16 años.
Muchas madres no creen que sus hijas mantengan relaciones pero muchas veces la realidad es otra. Por eso, siempre les aconsejo que cuando vayan al ginecólogo no entren al despacho o a la sala de reconocimiento con sus hijas para que estas puedan sincerarse con el médico, o bien, si saben que sus hijas mantienen relaciones lo digan abiertamente de entrada para que el ginecólogo pueda hablar sin tapujos sobre métodos anticonceptivos y prevención de enfermedades de transmisión sexual.
Las adolescentes deben realizar su primera revisión ginecológica cuando inicien las relaciones sexuales. En este momento se puede hacer una exploración vaginal con ecografía vaginal y toma de citología. La citología es importante porque sirve para la detección precoz y el tratamiento de lesiones que pueden derivar en un cáncer de cuello de útero, que es una enfermedad de transmisión sexual provocada por el Virus del Papiloma Humano (VPH, en español) o Human Papiloma Virus (HPV, en inglés). Para reducir el riesgo de contagio por HPV recomiendo a todas mis pacientes jóvenes que se vacunen con la vacuna frente el HPV (Gardasil o Cervarix).
Independientemente de la revisión ginecológica rutinaria las consultas por las que con mayor frecuencia vemos a adolescentes son:
- Alteraciones menstruales como reglas muy abundantes (hipermenorrea) o trastornos en la frecuencia de las menstruaciones bien porque se atrasan días o incluso meses, bien porque se adelantan y aparecen sangrados muy frecuentes cada 15 o 20 días.
- Dolores abdominales sobre todo durante la menstruación.
- Alteraciones de la piel como aumento del vello o de la grasa en la cara.
El tratamiento de estas patologías dependerá de la exploración física y de los resultados de otras pruebas complementarias que en ocasiones realiza o pide el ginecólogo como ecografía o análisis.
Muchos de estos trastornos responden muy bien a tratamientos hormonales como la píldora anticonceptiva. Aquí encontramos a veces reticencias de los padres que preguntan – “Tan joven y ya va a tomar la píldora” – Tenemos que entender que la píldora no es solo un fármaco anticonceptivo si no también un tratamiento muy eficaz para muchas alteraciones ginecológicas. Las adolescentes sanas, pueden en la mayoría de los casos utilizarlos bajo prescripción médica, con grandes beneficios y escasos riesgos. Siempre que recetemos la píldora anticonceptiva a una adolescente, incluso aún sabiendo que no mantiene relaciones sexuales, debemos recomendarle que, cuando las inicie, la combine con preservativo para protegerse de las enfermedades de transmisión sexual: SIDA, Hepatitis, Sífilis, Herpes genital, Infección por HPV, etc. Sobre todo aquellas que no tienen pareja estable o la tienen desde hace poco tiempo. Es un error pensar que hablar abiertamente de la sexualidad va a estimular o inducir a los jóvenes a “lanzarse” a las relaciones sexuales.
Por último cuando la mujer acuda por primera vez al ginecólogo si nunca ha mantenido relaciones sexuales le recomendamos que vaya con la vejiga llena púes facilita la visión del útero y los ovarios con ecografía abdominal. Si ya han mantenido relaciones, la ecografía se hará preferentemente por vía vaginal y en este caso no es necesario llevar la vejiga llena.
Balbino Povedano Cañizares